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260 PAPAS CONDENAN LA REUNIÓN DE ASÍS

10 de octubre de 2011
Rezando en la cripta de San Francisco de Asís
La jornada mundial de oración con todas las religiones en Asís el 27 de octubre de 1986, con el papa Juan Pablo II como anfitrión, fue el punto culminante de un proceso de más de cien años en la historia del pensamiento religioso, tendiente a promover la paz y la unidad entre las religiones y los pueblos. Ese movimiento interreligioso por la unidad y la paz pregonaba, por su misma naturaleza, la tolerancia religiosa como un valor supremo y combatía la pretensión de la Iglesia de ser la única depositaria de la verdad. Puesto que la Iglesia Católica seguía sosteniendo con firmeza el derecho absoluto de la revelación del único Dios personal, le fue posible rechazar hasta el Vaticano II ese movimiento religioso por la unidad y la paz1. Fue la apertura de la Iglesia al ecumenismo y al diálogo interreligioso en el ultimo Concilio la que hizo posible que ese movimiento sin haber cambiado su orientación espiritual lograra acogida en la Iglesia Católica, para alcanzar finalmente, bajo Juan Pablo II, su cúspide provisoria en Asís. No fue , pues el movimiento por la unidad y la paz entre todas las religiones el que evolucionó, sino la actitud de la Iglesia respecto de él. 

Para el católico, con su fe basada en la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, el «acontecimiento de Asís» no tiene justificación ni en la Sagrada Escritura ni en la Tradición, por lo tanto no encuentra ningún sustento. Asís ataca la sustancia de la revelación divina y de la fe católica.

Sólo pocos decenios antes del Vaticano II, en su encíclica Mortalium Animos (6.1.1928) «Acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa», el Papa Pío XI había expuesto y justificado por la fe el punto de vista de la Iglesia Católica sobre el movimiento por la unión ecuménica e interreligiosa. La posición de Pío XI debería ser representativa de todos los Papas respecto de los movimientos por la paz y la unidad. Pío XI menciona la aspiración de los pueblos a la unión y la unidad. Describe la composición de los asistentes a esos encuentros regulares: se invita «a la discusión a todos los hombres indistintamente, a los infieles de todas las categorías, a los fieles, y finalmente también a aquellos que desgraciadamente apostataron de Cristo o que niegan áspera y obstinadamente la divinidad de su naturaleza y su misión». Lo mismo podría decirse de los representantes de las «religiones» y «organizaciones mundiales» invitados a Asís. Pío XI juzga, sin embargo las cosas de otro modo: «Tales esfuerzos no pueden contar, bajo ninguna circunstancia, con la aprobación de los católicos». Pío XI menciona también las ideas y los motivos que dan lugar a la organización de congresos interreligiosos. (…) «Se piensa que hay fundadas esperanzas en el sentido de lograr una especie de coincidencia o acuerdo sobre ciertos temas religiosos básicos. A pesar de la amplia divergencia de los conceptos religiosos que prevalecen en los distintos pueblos, no se puede descartar la posibilidad de alcanzar un acuerdo fraternal sobre algunos principios básicos, los que podrían convertirse en el armazón o fundamento común de su vida espiritual». Los participantes a tales congresos se apoyan sobre la opinión errónea de que «todas las religiones (de cualquier índole) son más o menos buenas y recomendables, en el sentido de que todas ellas revelan y traducen aunque de manera bien diferente y nos inclina con respecto ante su supremacía». Tales pensamientos fueron también expuestos para justificar el encuentro de oración en Asís. Pío Xi dice al respecto: «Aquellos que comparten esa opinión no sólo son víctimas de error y autoengaño sino que, al deformar y consecuentemente rechazar la noción de la verdadera religión, se deslizan también paso a paso hacia el naturalismo y ateísmo. Es evidente que aquellos que se adhieren sin reserva a tales ideas y aspiraciones, abandonan enteramente la religión divinamente revelada». Pío XI piensa aquí en los «congresos de religiones», es decir en «discusiones» y no en actos de culto interreligioso. La práctica de un culto interreligioso, que en la Iglesia postconciliar va mucho más lejos que aquellos «congresos», y más aún el hecho de que el mismo Papa organice tales cultos, estaba más allá de lo que Pío XI pudiera haberse imaginado.

Es indiscutible que la actitud postconciliar de la Iglesia hacia las religiones no cristianas representa una ruptura radical con la tradición.

Tal como Juan Pablo II, Pío XI ve los esfuerzos por la unidad interreligiosa en estrecha conexión con el movimiento ecuménico. Las ideas que en aquél entonces, como hoy, deberían favorecer la unidad de los cristianos las resume Pío XI en la siguiente serie de preguntas: «¿No es justo -se acostumbra decir y hasta nuestro deber-, que todos los que se llaman cristianos deben abstenerse de cualquier difamación y unirse por fin un día en una mutua caridad? ¿Quién se atrevería a afirmar que él ama a Cristo, si no trata de realizar con todas las fueras el deseo de Cristo, el mutuo amor la señal y distintivo de sus discípulos: si tenéis amor unos para con otros (Juan XIII, 35). Si ojalá, continúa, fuesen todos los cristianos «uno», pues de este modo rechazarían con una eficacia mucho mayor la plaga del ateísmo, que día a día se introduce furtivamente en amplios sectores, preparando la ruina del Evangelio. Tales son entre otras del mismo género las razones que hacen valer los «pancristianos», como se les llama. No vaya a creerse que se trata de grupos pequeños o insignificantes. Al contrario… Entretanto, aquel intento continúa con tal energía que se ha conseguido en muchos lugares la aprobación de muchos círculos, e incluso de numerosos católicos, atraídos con la esperanza de realizar una unión que parezca conforme con los deseos de nuestra Santa Madre Iglesia, la cual nada desea más que hacer volver a su regazo a sus hijos extraviados. Pero dado las seducciones de estas palabras zalameras subyace oculto un error muy serio que destruye completamente los fundamentos de la fe católica». Pío XI se ocupa también de la crítica de los «pancristianos» dirigen a la iglesia católica y al papado; a éste propósito menciona la cortesía de algunos que reconocen incluso al Papa una precedencia de honor y una jurisdicción derivada del conocimiento de los fieles. Muy actual resulta cuando dice: «Incluso otros llegan tan lejos que expresan el deseo que sus congresos, que se podrían calificar  de promiscuos, sean presididos por el mismo Papa». Resumiendo todo esto, Pío XI toma posición de la siguiente manera: «En estas condiciones, es evidente que la Sede Apostólica no puede, bajo ningún pretexto, participar en sus congresos, y que los católicos, bajo ninguna circunstancia, deben favorecer o fomentar tales empresas, ya que de este modo aumentaría y fortalecerían la reputación e influencia de una religión cristiana totalmente errónea, que está muy lejos de la única Iglesia de Cristo».

Los oficios religiosos ecuménicos tienen naturalmente una calificación religiosa más elevada que las discusiones en los congresos ecuménicos. El Código de Derecho Canónico (CIC 1917) las catalogaba entre la «communicatio in sacris», que cae bajo una pena eclesiástica (2). El canonista Klaus Mosdorf describe la actitud de la Iglesia inmediatamente anterior al concilio Vaticano II (1961) de la siguiente manera: «Porque la comunión en el culto presupone la comunión en la fe, los oficios litúrgicos comunitarios con los adeptos de una o varias confesiones cristianas serán, por consiguiente, prohibidos».

La práctica ecuménica de la Iglesia después del Concilio y en solo hecho de que el mismo Papa organice tales oficios comunitarios, en los cuales los obispos protestantes como por ejemplo el obispo Kruse de Asburgo, puedan exponer sin disputa tesis de eclesiología anticatólicas, está en agudo contraste con la actitud y la enseñanza de la Iglesia Católica antes del Concilio Vaticano II.

Ceremonias religiosas comunes con representantes de religiones no cristianas, de la cristiandad protestante y ortodoxos balo los auspicios del Papa, como en Asís, no podrán ser imaginables para Pío XI. Para él las relaciones y la actitud de la Iglesia hacia los no cristianos y los no católicos debían estar reguladas bajo los principios de la fe católica.

La posición dogmática que toma Pío XI en Mortalium Animos puede ser esbozada brevemente como sigue: como hay una sola religión verdadera, hay también para los no cristianos un solo camino para llegar a la verdad y a la vida: el camino de la conversión a la religión y la Iglesia de Cristo. Y como no hay más que una sola verdadera Iglesia, la fundada por Jesucristo, hay para los no católicos también un sólo camino: el retorno a la Iglesia Católica. La fe católica íntegra, sin limitaciones ni reducción, es el lazo de la unidad; el amor solo no puede hacer volver a los cristianos separados. La ruptura con la actitud y la enseñanza de la Iglesia contenidas en Mortalium Animos no podría aparecer más claramente que en el encuentro de oración de las religiones en Asís. El católico fiel, que ha seguido atentamente esta ruptura en el respeto por la Cátedra de Pedro, no puede contentarse con considerar «el acontecimiento de Asís» simplemente como un hito más en el desarrollo histórico de las religiones. Para el católico la ceremonia interreligiosa de Asís, organizada y preparada por el Vaticano con el Papa en su centro, es un acontecimiento eclesiástico importante que afecta profundamente su fe en la única verdadera Iglesia Católica: Papa contra Papa, Iglesia pre-conciliar contra Iglesia post-conciliar. Ambos Papas, Pío XI y Juan Pablo II son para él docentes supremos de la Iglesia, protectores y garantes de la fe establecida por Cristo. Por otra parte, en Asís Juan Pablo II se califica a sí mismo como el «primer testigo» de la fe. Estos problemas de la fe planteados por Asís no pueden obviarse mediante alusiones a una actitud atrasada y un inmovilismo conservador. Tampoco permiten que se los aparte e ignore, mientras la Iglesia oficial avanza imperturbable en el camino del diálogo y del culto interreligioso. Tampoco se rsuelven con referencias al actual concepto de la «tradición viva» o «dinámica».

El católico fiel puede muy bien no darse por satisfecho con una referencia general al Vaticano II. Al contrario, tiene el derecho y el deber de formular la pregunta: ¿sobre que fundamento dogmático de la fe católica se apoya Juan Pablo II para celebrar una ceremonia interreligiosa como la de Asís?

Los tres discursos de Juan Pablo II en la Jornada mundial de oración, aunque remarcan fuertemente el carácter simbólico del acontecimiento, no dan ninguna respuesta satisfactoria a esta pregunta. Lo que pasó en Asís es consecuencia lógica de las trampas y ambigüedades deliberadas de los textos  del Vaticano II que abrió un poquito la puerta  engañando a la mayoría de los obispos partcipantes en el Concilio.

En su realización concreta la oración de todas las religiones por la paz se desarrolló, delante de la Basílica de San Francisco, de la siguiente manera: unos tras otros los budistas, los hindúes, los jainas, los musulmanes, los shintoístas, las religiones tribales de África, los parsis, los judíos y los cristianos, «en una fidelidad radical a sus respectivas tradiciones», han alabado sus caminos de salvación y ofrecido a sus «divinidades» sus «oraciones por la paz». Uno al lado del otro estaba el camino de la salvación, de Shiddhartha Gautma y de Shantideva, de Shankaram, de Vardhamana Mahavira, de Mahoma, de Navak Dev, de los ancestros místicos, de Zaratustra, de Moisés y de Jesús de Nazaret. Uno tras otro, y uno al lado del otro eran presentados a la humanidad como «suprema potencia» o «Dios»: Buda, los bodhisattvas, el divino Brahma, Jaina, Alá, los numinosos Kami, Nam-Sat, el Gran Trueno, Mnitú, Ormazd, Yavé y el Dios Trinitario. (Ésto jamás de los jamases ningún Papa lo había tolerado).

Por este culto ecuménico que tenía al Papa en su centro, el católico deseaba recibir también del mismo Papa una concluyente argumentación extraída de la fe católica. «El Acontecimiento de Asís» no concierne a un fenómeno marginal, sino al corazón mismo de la revelación divina y la veneración debida a Dios: el primer mandamiento. Juan Pablo II entrega él mismo la llave de su comprensión del encuentro de oración con la advertencia:

«Ved a Asís a la Luz del Concilio».

Padre Johannes Dörmann.

Notas
El itinerario teológico de Juan Pablo II hacia la jornada mundial de oración de las religiones en Asís. Desde el Concilio Vaticano II hasta Asís. páginas 9-16. El Padre Johannes Dörmann, es sacerdote Alemán, autor de varios libros muy profundos acerca de la teología de Juan Pablo II y de la crisis actual que afecta la Iglesia Católica.
1 El primer bosquejo o proyecto de la Constitución de la Iglesia de Cristo en el Vaticano I, que debido  a su interrupción no llegó a concretarse, se trata en el 7º Capítulo el problema de la relación de la Iglesia con las demás religiones. Dicho proyecto refleja fielmente la postura de la Iglesia en aquella época.
2 CIC can. 2314-2316. En el nuevo CIC can 1365 se dice Reus vitate commuinicationis in sacris just paena puniatur. Si el mismo Papa organiza y preside cultos iterreligiosos, no se puede hablar de oficios divinos prohibidos en el caso de un sacerdote u obispo.
3 Cf. L´Osservatore Romano, 31.10.1986, pág. 2-6.
14 comentarios leave one →
  1. JOSE MANUEL permalink
    25 de octubre de 2011 10:10 AM

    LA REUNIÓN DE ASIS QUE VA A CELEBRAR BENEDICTO XVI CON TODAS LAS FALSAS RELIGIONES ES UN HECHO HERÉTICO SIN PREXDENTES, QUE ES CONDENADO EXPRESAMENTE POR TODOS LOS PONTÍFICES ANTERIORES.
    NO ES POSIBLE REZAR CON LOS HEREJES Y PAGANOS, SINO QUE LO DEBIDO ES REZAR POR ELLOS, PARA QUE SE CONVIERTAN A LA ÚNICA FE VERDADERA QUE ES LA CATÓLICA.
    NO SÉ SI NUESTROS DIRIGENTES DE HOY SON MASONES, PORQUE NO ESTOY DENTRO DE SUS CONCIENCIAS, PERO SI AFIRMO QUE ACTÚAN COMO MASONES.
    QUE DIOS LES ILUMINE Y PERDONE.

  2. oscar urraca permalink
    31 de octubre de 2011 11:06 AM

    a la hora de juicio final, con Jesucristo delante nuestro, no te van a preguntar si eres católico o nó, si no ¿cuánto has amado?, si has hecho el bien a tu prójimo, sin conocerlo sin juzgarlo. Acaso no has leído el Apocalipsis, que menciona a «una gran muchedumbre» no dice religiones, ni nada, sino tan sólo hombres y mujeres que para entrar a cielo ha amado a Dios y su prójimo, no bajo la forma de religión. San Pablo, nos menciona que al final de la jornada seremos evaluados por el Amor. Quien juzga y aborrece a los de las demás religiones o creencias, No ama su prójimo, sino que es un fariseo más, un hipócrita. NO se sabe acaso que en muchas partes del mundo la religión católica y protestante se ha impuesto con la inquisición y guerras contra los no creyentes. Nuestra religión católica tiene una carga pesada en América, curas y religiosos condenaron a muerte con torturas incluídas y refinadas a millones de nativos a través de la inquisición, y así quieren hablar de paz, la paz impuesta con la muerte de los «enemigos no creyentes», y actualmente con ayuda de lo banqueros quieren volver a imponer esa iglesia aplastante, hipócrita, emparentada con el dinero, y lejos de la gran mayoría de humanos que están pobres, religiosos hipócritas callan con los grandes crímenes que cometen los países ricos a lo largo y ancho del planeta

    • 18 de agosto de 2012 1:33 AM

      Es cierto que Dios va a juzgarnos por nuestros actos, pero tambien tenemos que rendir cuentas de si adoramos a ese que tanto lo odia o no, y en esa reunión en asis, adoraron al maligno. Entonces crees que el Señor estará complacido con eso?

  3. Andy_Barr permalink
    1 de noviembre de 2011 9:09 PM

    Estas sumamente loco Urraca, no tienes idea de lo que estas escribiendo, porque ningun cura condenò a muerte ni torturò a ningun nativo, y para tu informaciòn la Santa Inquisiciòn perseguia solamente a Judaizantes, o sea a individuos que fingiendose catòlicos deslizaban herejias, EXCLUYENDO A LOS INDIGENAS, aprendete las leyes de Indias y veras en ellas la protecciòn que daban a los indigenas, ahora bien, que haya habido algun encomendero que violò y exploto a los indigenas no lo pongo en duda. y referente a la conquista de Mexico, la hicieron los indigenas, expecialmente los tlaxcaltecas que estaban hartos de las guerra floridas que les hacian los aztecas sacrificando a sus prisioneros, y fueron 70 mil tlaxcaltecas guiados por un puñado de españoles que no llegaban a 3000 y a ultima hora estos españoles por su reducido numero no pudieron impedir la gran matanza que hicieron los tlaxcaltecas cuando tomaron la gran Tenochtitlan.
    Y referente al principio de tu comentario, cuando tocas el tema de la apocalipsis me parece lo mas tendencioso y descabellado anticatolicismo, porque entresacas del contexto lo que te conviene como lo hace cualquier «»Aleluya» que van de puerta en puerta fastidiando a los catolicos ignorante en su mayoria para llerverlos a sus sectas. El tema que tu mutilas a tu antojo yo lo voy a publicar completo, para el que tenga ojos vea, y dice asi: VI LUEGO UNA MUCHEDUMBRE TAN GRANDE, QUE NADIE PODIA CONTARLA, ERAN INDIVIDUOS DE TODAS LAS NACIONES Y RAZAS, DE TODOS LOS PUEBLOS Y LENGUAS. TODOS ESTABAN DE PIE DELANTE DEL TRONO Y DEL CORDERO; IBAN VESTIDOS CON UNA TUNICA BLANCA; LLEVABAN PALMAS EN LAS MANOS Y EXCLAMABAN CON VOZ PODEROSA; LA SALVACION VIENE DE ¡NUESTRO DIOS! (Dios unico de los catòlicos)Y DEL CORDERO( es mas que obvio que la palabra Cordero se refiere a Jesucristo)
    ¡VENI DOMINE JESUS!

  4. catolico permalink
    7 de agosto de 2012 1:39 AM

    pero si hasta Cristo ceno con publicanos y pecadores, y San Pablo es de hecho llamado el apostol de los gentiles

    • 18 de agosto de 2012 1:37 AM

      Nuestro Señor Jesús da la bienvenida a todos los pecadores arrepentidos y que luchan por no volver a caer, no con los que están inmersos en el pecado sin arrepentimiento, lee la biblia

  5. JOSE MANUEL permalink
    9 de agosto de 2012 3:54 AM

    Respuesta a CATOLICO.
    Que Nuestro Señor Jesucristo cenase con publicanos y gentiles, no tiene nada que ver con la monstruosidad que ha sido el hecho de Asís, poniendo el mismo Papa a la Unica y Verdadera Iglesia al mismo nivel y «de tú a tú» con todas las otras creencias equivocadas.
    Permitiendo que cada uno rece a sus ídolos, o a falsos dioses, estando dentro de un templo católico.

  6. Catalina permalink
    9 de agosto de 2012 4:48 PM

    Quieren defender lo indefendible, mis queridos católicos engañados por lobos con piel de Cordero: Nuestro Señor Jesucristo que es la PALABRA DE DIOS, CONDENA todo esto en las Sagradas Escrituras: PRIMER MANDAMIENTO: NO PONDRAS OTROS DIOSES DELANTE DE MI ( y el hecho de llamar a los paganos a ORAR A SUS dioses es poner en igualdad AL UNICO DIOS VERDADERO con demonios. Pues las Sagradas Escrituras nos enseñan que : «los paganos adoran a demonios y no a Dios».
    Si ustedes todavía creen que en la Biblia esta contenida la Palabra de Dios, y no niegan lo que esta afirma en 2 Cor 6:14-16 «No os junteis en yugo desigual CON LOS INCRÉDULOS. ¿Pues que tienen en COMUN LA JUSTICIA CON LA INIQUIDAD?. ¿O qué comunión hay entre LA LUZ Y LAS TINIEBLAS? ¿o que armonía hay entre CRISTO Y BELIAL? ¿o que tiene en común UN CREYENTE CON UN INCREDULO? ¿ o qué acuerdo tiene EL TEMPLO DE DIOS CON LOS IDOLOS?…
    17 POR TANTO SALID DE ENMEDIO DE ELLOS APARTAOS Y NO TOQUEIS LO INMUNDO…

    ¿Que significado tiene para ustedes la abominación de la desolación? en tiempos de Antioco el templo de Israel fue profanado poniendo en el dioses paganos y a eso se le llamó la ABOMINACION DE LA DESOLACION.
    En nuestros tiempos ante la tibieza de nuestros corazones HEMOS sido TESTIGOS DE ESTA ABOMINACION PERPETRADA POR AQUEL QUE DEBIERA SER EL VICARIO DE CRISTO Y EL GUARDIAN DE LA FE. Permitir fuera colocada una imagen de Buda sobre un sagrario y este fuera insensado por sus sacerdotes idólatras. Nuestros tibios corazones no se llenaron con EL CELO DE LA CASA DE DIOS cuando supimos que fueron ofrecidos pollos en el Altar de Santa Clara por los seguidores de otra religión, no SENTIMOS ARDER DE SANTA IRA NUESTROS CORAZONES CUANDO VIMOS COMO BENEDICTO XVI prescidió la 25ava REUNIÓN DE ASIS, haciendo orar al Sacerdote YORUBA = Santero una religión más perniciosa y satánica conocida para gusto de todos los ahí presentes.

    Nuestro Señor Jesucristo dijo: Mateo 24: 15
    CUANDO ustedes Vean la ABOMINACION DE LA Desolación , DE QUE HABLA EL PROFETA DANIEL, colocada en El Lugar Santo, y el qué lea Que entienda , Entonces los que estén en Judea huyan a los montes, el que esté en la azotea no baje a sacar las cosas de su casa, y el que esté en el campo no vuelva atras ni a tomar su capa…

    EL QUE LEA ENTIENDA, EL QUE ENTIENDA SALGA DE INMEDIATO DE ENTRE ESOS QUE SE HACEN PASAR POR PATORES Y SON SOLAMENTE LOBOS CON PIEL DE OVEJA

  7. Catalina permalink
    9 de agosto de 2012 5:04 PM

    EL QUE ENTIENDA DEJE DE llamar SU SANTIDAD a AQUEL QUE A LA VISTA DE TODOS LOS CATOLICOS SE BURLA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

    Porque ESTO CONDUCE A LA LOCURA un documento de uno de los últimos libros de Ratzinger. Pueden también leer el Jesus de Nazareth vol 2, en el que se niega El Evangelio de Mateo : Id y predicad a todas las naciones. En que se niega que San Pablo evangelizaba por la Salvación de las almas… y unas cuantas cosas más… que deberían saber dice su Papa

    http://es.scribd.com/doc/76904397/Volvemos-Al-Paganismo-Rat-Zinger-CHIESA-VIVA

  8. Jorge Pimienta permalink
    10 de agosto de 2012 8:47 PM

    Catalina, Jose Manuel y Urraca, donde esta el sufragio donde los 260 papas condenan la reunión de Asís.? Lo único que están demostrando es que son unos amarillistas que critican todo lo que su Santidad Benedicto XVI esta haciendo por el Reino de Dios. A pesar de ustedes y sus criticas, el Espíritu Santo esta iluminando los pasos del Papa Benedicto. Gracias a Dios por el regalo del Concilio Vaticano II , gracias a Dios por los Papas, Benedicto XVI, Juan Pablo II y por todos los que le antecedieron hasta llegar con San Pedro, el Papado seguirá firme hasta la consumación de los siglos porque Nuestro Señor Jesus asi lo quizo. Afortunadamente ustedes son lefevristas y su movimiento rebelde esta próxima a su fin.

    • 18 de agosto de 2012 1:41 AM

      aunque todos los sacerdotes etc. aplaudieran esa reunión de Asis, no significaría que está bien. No siempre la mayoría tiene la razón, use su logica y lea la palabra de Diod

  9. JOSE MANUEL permalink
    11 de agosto de 2012 2:07 AM

    Respuesta a Jorge Pimienta.
    Si vd me llama amarillista y lefebvrista, permita que yo le llame a Vd. tonto de capirote, debido a su ignorancia manifiesta. Y también le llamo ciego total.
    El no ver que desde la muerte de Pío XII «esto de la Iglesia católica, no marcha», es propio de una ceguera muy importante.
    Estos monstruos que han seguido a aquel Santo Padre, no han dejado títere con cabeza. Lo han cambiado todo a mal y lo peor es que, evidentemente, lo siguen cambiando.
    La Iglesia, a la muerte de Pio XII se encontraba en un estado de salud óptimo. Los seminarios repletos, las misiones llenas de pastores, la Jerarquía en orden…. Y llegó el Concilio Vaticano II que cayó en manos de unos revolucionarios (con la complacencia del Papa, no se olvide este detalle…) y mandó todo aqel esplendor a paseo y se puso a inventar, o mejor dicho, se puso a consagrar todo lo que hasta entonces estuvo condenado, como por ejemplo, el Modernismo de Satanás. Esa fue la gran faena que nos dejó Juan XXIII y que «perfeccionó» Paulo VI. Y de ahí nació toda esta tragedia que padecemos los católicos.
    Y a aquel gigantesco desmadre, solo se opusieron dos Pastores valientes: Monseñor Lefebvre y Monseñor de Castro, fundando el primero de ellos la FSSPX, la Organización Tradicional Católica que con toda justicia merece ser denominada la legítima continuadora de la Defensa de la Fe, tal y como la hemor recibido en el Bautismo.
    Si Vd., Sr. Pimienta no lo llega a entender, pues peor para Vd. Yo estoy muy tranquilo siguiendo católico, apostólico, romano y tradicionalista, sin cambiar de religión, porque, no lo olvide nunca: ¡¡¡LOS QUE HAN CAMBIADO DE RELIGIÓN, SON ELLOS!!!……

  10. Paula Gomez permalink
    4 de noviembre de 2012 6:12 AM

    No, el encuentro lo hizo Juan Pablo II por la paz, y, aun siendo como decis -y yo tambien creo- es por respeto a sus creencias, pues repito era encuentro por la paz y si hubiera el dicho: Vuestra religión es falsa, dejarla a un lado y convertiros a cristianos catolicos; todos hubieran empezado una guerra continua infrenable hasta el apocalipsis.Eso no habria sido por paz sino mas bien, un encuentro para declarar la guerra.Pensaroslo y despues ya respondeis, pues Juan Pablo II fue un gran Papa.

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