POSIBLE MILAGRO EUCARÍSTICO EN POLONIA

La gente de Sokolka en Polonia celebra un posible milagro eucarístico en el cual los científicos confirman que un trozo de hostia consagrada se ha convertido en tejido de corazón humano.

Una misa especial para celebrar un posible milagro eucarístico se ofreció ayer en la ciudad polaca de Sokolka, Polonia. (Sokółce). Las celebraciones marcaron la confirmación científica oficial del hecho de que un pequeño trozo de la hostia consagrada, que se había caído accidentalmente en el suelo en 2008, ahora es el tejido de los músculos que pertenecen a un corazón humano.

Parece que la mayoría de los polacos, entre ellos el arzobispo local de Bialystok, Edward Ozorowski, han concluido que el Sagrado Corazón de Jesús ha hecho llegar a ser verdaderamente visible, aunque la santa sede aún no ha confirmado si el milagro «de Sokolka «es de origen sobrenatural. De acuerdo con un informe de AP  «, en la hostia en cuestión apareció una mancha color marrón en el 2008 después de haber caído en el suelo durante una misa en la ciudad oriental polaca de Sokolka». El sacerdote en cuestión comenta que había celebrado la Misa, cuando la hostia cayó al suelo inmediatamente después la colocó en agua, para que se disolviera de forma natural. Después de unos días, sin embargo, una monja local descubrió que la hostia consagrada no se había disuelto por completo y que la poción pequeña restante se había convertido en color rojo oscuro. Muchos peregrinos y turistas acudieron en masa a Sokolka después de los acontecimientos. Se decidió por lo tanto, para determinar científicamente la naturaleza exacta de la mancha roja en el pequeño trozo de la Eucaristía.

Después de algunos años, dos médicos han confirmado categóricamente que la mancha de color en la hostia es tejido de corazón humano. Aunque muchos creen que esto es prueba suficiente de que algún tipo de milagro eucarístico ha ocurrido en la pequeña localidad polaca, algunos escépticos han señalado que el tejido podría haber venido de los restos humanos – pudo haberse puesto allí por alguien con acceso a la caja fuerte donde la hostia se había guardado. De hecho, parece que un «grupo de los racionalistas», han afirmado que el tejido humano podría haber venido de una víctima de algún asesinato desconocido, aunque la policía local ha confirmado que recientemente no investigaron un delito relacionado con el «milagro». En la misa y la procesión de ayer, el arzobispo Ozorowski recordó que a lo largo de la historia, la «sustancia del cuerpo de Cristo o de la sangre se ha convertido disponible para los sentidos humanos, y esto también ocurrió en Sokolka». Agregó que, «Para Dios nada es imposible».

Después de la misa, el pequeño fragmento de la hostia de consagrada en 2008  fue llevado en procesión a la iglesia Sokolka de San Antonio, donde fue expuesta a la veneración de unos 1.000 fieles laicos. A lo largo de la historia de la Iglesia, Dios parece haber otorgado rara milagros eucarísticos, como las famosas de Lanciano y La Rochelle. Estas confirmaciones de la presencia real de Nuestro Señor en la Eucaristía son un recordatorio poderoso del gran regalo que se ofrece en la Santa Comunión.

Estos milagros también parecen ocurrir en momentos en que la creencia en la transubstanciación está en duda, o cuando sacrilegios contra la Eucaristía son comunes. El reciente aumento de casos de milagros eucarísticos en los últimos años, por lo tanto, podría ser una prueba del hecho de que la Iglesia (al parecer) está actualmente en crisis de reverencia a la Sagrada Comunión. La unión con el Hijo de Dios cuando lo recibimos en la Eucaristía es un acto de amor puro y sin límites de su parte. Dicho esto, todos tenemos el deber de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en un estado de gracia, que nos preparamos a través de la oración, el recogimiento, ayuno y, de ser necesario, la confesión sacramental. Por esos preparados, podemos llegar a ser tabernáculos vivos del amor de Dios y nuestros corazones se – ya sea rápida o con el tiempo – ser intrínsecamente uno con el Sagrado Corazón de Jesús. Pero como dice san Pablo, quien se acerca a la comunión de manera indigna, – no en un estado de gracia – son «culpables de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor … [y] come y bebe condenación para sí mismos» (cf . 1 Corintios 11:27,29)

 

[Imagen: De la Misa y Procesión de ayer, fuente: YouTube ]

a reluctant sinner