LA TRAICIÓN A CRISTO HACE ESCUELA, OBISPO MEXICANO BAUTIZA HIJA DE PAREJA GAY

Dios te pedirá cuentas por los sufrimientos de esta niña.

 

Dicen los diarios de México, que la jerarquía de aquel país ha tenido el triste privilegio de seguir a los pastores argentinos en la abominación de enseñar, gestos mediante, que la coyunda sodomita debe ser aceptada.

El trístemente célebre obispo de Saltillo, Mons. Raúl Vera, ha bautizado a la hija adoptiva de dos lesbianas en la iglesia San Francisco de Asis de la ciudad de Monclova.

Otro medio informa que:

Previo a la aplicación del sacramento, Vera López, quien estuvo con el Papa Francisco, reveló que el Pontífice llamó a los Obispos mexicanos a tener trato y diálogo con los homosexuales y divorciados, y a no juzgar a los pederastas que ya han sido acusados legalmente.
“Estuvimos en el edificio que se llama Santa Martha, éramos 20 obispos y él estuvo más de hora y media contestando nuestras preguntas; nos dijeron que teníamos 5 minutos para hablar”, recordó.
“Les hablé de la casa de migrantes, gestiones de todos los grupos vulnerables, de cómo atendemos a homosexuales y de que eso ha creado un perfil distinto al grupo”, añadió, “le dije que grupos de iglesias se quejan de que yo estoy promoviendo la promiscuidad y que nos dañan”.
Vera López expresó que el Papa dijo que quién era él para juzgar. “Él tiene la misma actitud que Cristo”, manifestó.

Zócalo Saltillo nos informa acerca de las lesbianas:

Lourdes Alejandra Badillo Valdés y Cristal Yazmín Cobas Barrón, integran una familia homoparental por ser una pareja de dos personas del mismo sexo, y se convirtieron en madres de una bebé dada a luz por la primera, inseminada artificialmente.
Obtuvieron su acta de matrimonio casándose en la Ciudad de México al no existir esta figura legal para homosexuales en Coahuila, y lucharon meses hasta que lograron en enero pasado registrar a la pequeña Natalia como hija de ambas en el Seguro Social; ayer la bautizaron en medio de polémica dentro de la Iglesia Católica, en el templo de San Francisco de Asís.

Es interesante ver, en el video de abajo, que el obispo Vera utiliza la fórmula más tradicional: «¿Renuncian a Satanás, renuncian a todas sus obras, renuncian a todas sus incitaciones al mal?».
Pero las que contestan en lugar de la niña, que sí renuncian, son las dos lesbianas ¡que van a seguir viviendo según los mandamientos del Demonio!
¿Cuál es la razón, Mons. Vera, para que Ud. se preste a semejante farsa y tamaña mentira?

Para nosotros el motivo es claro: el infeliz obispo no cree que las relaciones homosexuales sean pecado. Eso indica la lógica más elemental. De otro modo no habría preguntado si renuncian a Satanás y a sus obras, a quienes llegaron allí y saldrán de allí mintiendo al respecto.

Por eso mismo, en el sermón inicial dice el ordinario Vera que los padres y padrinos «tienen que acompañar a estas criaturas para que guarden íntegros los mandamientos de Dios… y tienen la grave obligación de generar en sus hogares las condiciones necesarias para que la vida de estar criaturas, como seres humanos, llegue a su esplendor».

Estas «madres» no podrán enseñar íntegramente los mandamientos de Dios, porque los contradicen con sus propias vidas y porque, en general, los homosexuales que mantienen este tipo de militancia, enseñan que es bueno lo que ellos hacen.
Salvo, una vez más, que para el obispo la homosexualidad activa integre los preceptos divinos.

Que para este pastor la sodomía forma parte de la normalidad, lo demuestra el hecho de que haya consentido bautizar a la niña ¡junto a los hijos de dos matrimonios!. Es decir, está enseñando a los demás a aceptar tranquilamente la monstruosidad de la conyunda sodomita.

Si el amanerado obispo Vera tuviera recta intención, decidido a bautizar por las razones que sean, hubiera exigido que se hiciera con el mayor recado en una ceremonia íntima, y no se hubiera prestado a eso sino mandado al párroco del lugar.
Pero hizo exactamente lo contrario, dando un paso más que extiende el gesto realizado en Córdoba: integra el bautismo de los hijos de homosexuales con los del resto de los fieles.

Que Vera es militante del Nuevo Orden Mundial, se nota no solamente por la aberración que acaba de protagonizar, sino por el lenguaje que usa: «ellos y ellas, buenos y buenas». Son estos detalles lo que terminan de asegurarnos a qué tipo de masonería pertenece.

Es bien sabido los trastornos que pueden sufrir niños criados en el seno de un hogar homosexual. Basta solamente pensar en que no tendrán la figura paterna o materna a su alcance, para sopesar el grave daño que se les hace.

La imagen y la autoridad del padre son reflejos de la Paternidad Divina. Quien sufre a causa de un mal padre o de un padre ausente, puede tener conflictos severos en su relación con Dios, privado del espejo en que debió barruntarlo.

Con actos como este, la Jerarquía de la Iglesia da, a los ojos de la gente y quiéralo o no, certificación de catolicidad al «matrimonio» igualitario, de modo que cada vez será más fácil aceptar que se les entregue niños para su crianza.
Entonces, ¿no serán Francisco, los Ñáñez y los Vera que vayan apareciendo de aquí en adelante, al influjo de un Papa personalmente interesado en que esto se haga, responsables por todos los males que sufran los niños criados en el seno de «familias» homoparentales que ellos quieren presentarnos como normales?

Recemos; son tiempos difíciles en los que la abominación desoladora comienza a mostrarse en el lugar Santo:

¡Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison!

Cada vez más aceptado gracias al clero traidor y apóstata

Vera,  con los gay sin disimulo.

Todo marcha viento en popa.

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