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COMENTARIOS ELEISON CCIL. EL ECUMENISMO DE BENEDICTO XVI PARTE III

21 de abril de 2012

En estos “Comentarios” hace dos semanas se encontraba la promesa de examinar tres citas del Vaticano II que han hecho mucho para disolver la Iglesia de Jesucristo, la cual es la Iglesia Católica. Y hace una semana se encontraba la advertencia que los textos del Vaticano II son ambiguos, de tal manera que se los puede siempre hacer aparecer como si no hubiera nada erróneo en ellos. Pero uno solo de sus dos posibles significados es inocente. El otro significado es mortal para la Iglesia Católica, como lo han probado los últimos 40 años.

La primer cita está tomada de Lumen Gentium # 8. Aquí está: “ La única Iglesia de Cristo establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por Pedro y por los obispos en comunión con él”. Ahora, ¿que es lo que esta palabra “subsiste” significa aquí? La ambigüedad es que esta palabra puede significar o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente y solamente en la Iglesia Católica Romana, lo cual es lo que la Iglesia siempre enseñó hasta el Vaticano II, o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente pero no solamente en la Iglesia Católica, en cuyo caso la Iglesia de Cristo existe también parcialmente afuera de la Iglesia Católica. Esto abre la puerta al ecumenismo Conciliar que destruye la proclamación dogmática de la Iglesi a Católica de ser la exclusiva arca de salvación: “Extra Ecclesiam nulla salus”.

El problema aquí es que también es un dogma que la Iglesia es una. En cada Misa dominical escuchamos o cantamos que creemos en la “una, santa, católica y apostólica Iglesia”. Entonces, ¿cómo puede la Iglesia de Cristo estar dividida entre algunas comunidades más o menos parecidas a la Iglesia? Si la Iglesia es una no puede ser varias. Si es varias, no puede ser una. En su libro sobre “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma”, el Dr. Wolfgang Schüler da una serie de citas de Joseph Ratzinger para mostrar como en cuanto teólogo joven promovió entusiásticamente la destrucción de la exclusividad de la Iglesia Católica, pero en cuanto Cardenal y Papa ha luchado para mantener también la unicidad de la Iglesia.

La segunda cita está tomada de Unitatis Redintegratio # 3: “De entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia ”. Ahora, el significado obvio de estas palabras es que lo mismo que las monedas de oro pueden construir una pila pero también pueden encontrarse como monedas idénticas de oro afuera de la pila, así los elementos de la Iglesia apilados por el Concilio tal como “fe, esperanza, caridad y otros dones del Espíritu Santo” pueden ser reconocidos como existiendo como tales afuera de la Iglesia Católica. Pero Nuestro Señor dice que las ramas amputadas de su viña se secan y mueren (Jn.XV, 6). ¿Y qué es su viña sino su Iglesia?

La tercera cita saca la conclusión lógica, justo un poco mas adelante en el mismo documento (U.R. # 3): “Por consiguiente, las Iglesias y comunidades separadas (de la Iglesia Católica) no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación…” Pero como Monseñor Lefebvre dijo: “En la medida en que estas comunidades se encuentran separadas de la Iglesia Católica, no pueden gozar de la asistencia del Espíritu Santo, ya que su separación significa una resistencia al Espíritu Santo. El puede actuar directamente solamente sobre las almas, y puede usar directamente solamente medios, que no muestran ninguna señal de separación”.

El Vaticano II tomó lo que es la Iglesia en un sentido esencialmente erróneo, haciendo un contrasentido sobre lo que es la esencia de la Iglesia. Veamos luego con la ayuda del Dr. Schüler como Benedicto XVI puso a la vez el freno y el acelerador a este contrasentido.

Kyrie eleison.

3 comentarios leave one →
  1. Andy_Barr permalink
    21 de abril de 2012 8:40 PM

    Tiempos dificiles pasa la FSSPX, porque los hijos de las tinieblas estan haciendo todo lo posible para finiquitarla, ya que por una parte vemos una seriè de articulos en paginas «supuestamente catòlicas» como son RC, y forocatolico, donde se nos habla de una real claudicaciòn de la fraternidad ante la Roma modernista, tomando como base un articulo periodistico de Tornielli donde se nos dice que Mon, Fellay ya llegò a un acuerdo con Roma, pero por otra parte, vemos estos ultimos artículos valientemente escritos por M. Williamson donde pone los puntos «SOBRE LAS ÍES» y no se ve para nada, al menos en este Monseñor donde se barrunte una claudicación. ¿Será verdad? ¡El tiempo nos lo dirá!, desde luego que desgraciadamente cuando el rio suena «agua lleva» espero que la misericordia de Dios, no permita una divisiòn en la FSSPX, como desgraciadamente se està perfilando, o aparentemente se està perfilando, y que Mons. Williamson siga siendo como hasta ahora UN FARO EN LA TRADICION CATOLICA.

  2. María Ángeles Navarro Girón permalink
    22 de abril de 2012 8:10 AM

    En el primer texto (LG 8) es indudable que la palabra “subsiste” introduce un importante elemento de ambigüedad. Los dos textos siguientes (tomados ambos de UR 3) son, por el contrario, clarísimos.

    A estos textos conciliares, Monseñor Williamson contrapone un texto de Monseñor Lefevre: “En la medida en que estas comunidades se encuentran separadas de la Iglesia Católica, no pueden gozar de la asistencia del Espíritu Santo (…)”.

    Como Monseñor Williamson señala, lo que está en juego es la unicidad de la Iglesia y el “Extra Ecclesiam nulla salus”.

    Ahora bien, la verdadera ambigüedad del texto conciliar no está tanto en el “subsiste”, cuanto en la alusión a “dos” iglesias: la “única Iglesia de Cristo” y la “Iglesia Católica”.

    Y aquí tenemos TODOS un problema muy serio. Y cuando digo “todos” quiero decir que la cosa está tan enmarañada que aquí no se libra nadie.

    Aquí caben, no dos, sino varias interpretaciones posibles. Sin ninguna pretensión de exhaustividad se me ocurren estas cuatro:

    1. Desde el modernismo parece que la cosa está clara: la “Iglesia Católica” es la Iglesia de Roma y la “única Iglesia de Cristo” es el conjunto de ¿todas? las iglesias “cristianas”. Sería lo de las monedas que dice Monseñor Williamson. La común-unión con Cristo se podría intentar salvar mediante la aceptación de la validez de los sacramentos entre unas y otras. Ocurre, sin embargo, que -tras Asís I, II y III- ha quedado evidenciado que el “ecumenismo” ya no es más el intento de unión de los cristianos, sino el “todo vale” que no contradice de suyo el “Extra Ecclesiam nulla salus”, pero que lo transforma en un “aprobado general” que, como muchos señalan con razón, quita toda razón de ser al trabajo misionero.

    2. Una interpretación más moderada podría traducirse por algo así: “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”. Es decir, hay muchas personas que, perteneciendo de iure a la Iglesia Católica, en realidad no pertenecen de facto. Y recíprocamente a aquellos que, habiendo nacido en una familia y en un país no católicos, buscan a Cristo de todo corazón en una Iglesia diferente de la Católica, no podemos creer sino que Cristo de alguna forma ha de salirles al encuentro. Ocurre, sin embargo, que esta interpretación contradice el texto conciliar que no habla de los individuos ni de las conciencias, sino de las iglesias en su conjunto y de los sacramentos en ellas administrados.

    3. Una tercera interpretación sería pensar que la Iglesia de Roma ha perdido el norte, pero no la legitimidad. Que el Papa está en el error, pero no por ello deja de ser Papa y, por consiguiente y pese a todo, continúa siendo la cabeza de la Iglesia Católica. En este caso, la frase de Monseñor Lefebvre citada por Monseñor Williamson sería un argumento definitivo a favor del «acuerdo».

    4. Algunos piensan que la única postura coherente ante este maremágnum es el sedevacantismo que podría traducirse así: “La Iglesia Católica somos ‘nosotros’, el resto no son ya más Iglesia Católica”. Esta solución salva la unicidad y el “Extra Ecclesiam nulla salus” y, dado que no aceptan la autoridad de Roma, no tienen necesidad alguna de explicar nada. Hay, sin embargo, un “pequeño” problema: ¿cuál es entonces la Iglesia Católica? ¿Los pequeños grupos que aquí y allá tratan de vivir (cada uno por su cuenta) en la Tradición de la Iglesia? Pero entonces estamos todavía peor que al principio: con un montón de monedas dispersas… sólo que ahora acusándose unas a otras de ser una falsificación…

    …. En definitiva, como dicen los últimos comentarios, lo importante es mantener la fe, creer en la vida eterna que Cristo nos ganó en la cruz, orar, dejarnos hacer por dentro… porque solamente así podremos resistir.

  3. JOSE MANUEL permalink
    29 de abril de 2012 12:44 PM

    Mil gracias, Monseñor Williamson, por seguir impartiéndonos buena doctrina católica.
    Frente a las herejías hoy tan en boga, la palabra de un buen Pastor como Vuestra Exclcia. Revdsima. son bálsamo y sabiduría.

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