EL AYATE HECHO BANDERA DE VICTORIA
«Hoy no han caído cargas de flores, sobre el altar de la Reina. No se ha nublado el espacio con el incienso quemado a sus plantas; hoy no se ha ensordecido la vieja torre con el voltear de sus campanas; pero hoy la Reina ha recibido la ofrenda de nuestros mártires; ha visto llenarse las cárceles con los audaces seguidores de su Hijo hecha en un delirio de atrevimiento santo, de osadía sagrada; y ese homenaje debe haberle bañado el rostro en llanto y debe haberla hecho sentir orgullo de sus hijos. Y seguirá la ofrenda. Porque ya sabemos los católicos que hay que proclamar a Cristo por encima de las bayonetas, por encima de los puños crispados de los verdugos, por encima de las cárceles, del potro, del martirio y de los resoplidos de la bestia infernal de la persecución. Y seguirá habiendo mártires y héroes hasta ganar la batalla y dar el último asalto y llevar el Ayate hecho bandera de victoria, hacia todos los vientos».
Anacleto González Flores
Trackbacks